Las notables creaciones de su fundador Enric Majoral, tuvieron inicio en su taller ubicado en el mercado de La Mola en la Isla de Formentera, hace más de 25 años. Allí Enric, el creador de Majoral, marca licenciataria Fairmined, inició su oficio de manera intuitiva y autodidacta, creando piezas singulares con una única regla: comunicar sus sentimientos, y pensamientos como lo hicieron los primeros grupos humanos al crear joyas.
La joyería Majoral, que ahora además del taller de Formentera tiene una sede en Barcelona y está presente en más de 25 tiendas de lujo en el mundo, se ha convertido en el principal vendedor de joyas hechas con oro responsable en el mercado español convirtiéndose en un ejemplo de marca exitosa que elige el consumo ético y promueve el abastecimiento responsable de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE).
Una marca que se enfoca en la trazabilidad y el conocimiento del origen de su oro como propuesta de valor para conectarse con sus clientes.
En la Alianza por la Minería Responsable, creadores del Estándar de minería justa Fairmined, conversamos con Francesc Picanyol, Gerente general de Majoral, para conocer sus motivaciones, y resultados.
¿Cómo fue el inicio de Majoral?
Queríamos crear joyas, pero éramos autodidactas; hacíamos venta ambulante por las calles de Formentera y no conocíamos el sector. Vendíamos las joyas en el mismo taller, en una casa rural perdida, todo era muy precario. Aprendimos por nuestra cuenta. El proyecto fue creciendo y fuimos abriendo más y más tiendas. Al principio no nos interesaba demasiado adoptar más la estructura empresarial.
¿Por qué abastecerse con oro Fairmined?
Nos hicimos socios de la Asociación Catalana por el Fomento de la Economía del Bien Común y nos pedían indicadores de balance social: de dónde vienen los materiales, dónde compramos las materias primas, entre otros. Allí fue cuando nos dimos cuenta que no conocíamos los orígenes.
Le comprábamos a SEMPSA (Sociedad española de metales preciosos), que actualmente está en manos de una empresa alemana, y era en ese momento la empresa que vendía metales preciosos en España. Pero no sabíamos de dónde venía el oro exactamente. A raíz de esto, empecé a buscar qué alternativa teníamos. Allí fue cuando empezamos a introducir oro Fairmined progresivamente.
Un factor fundamental fue que organizamos una pequeña encuesta entre clientes y la gran mayoría nos contestó que estarían dispuestos a pagar el oro más caro si era responsable. A partir de aquí, vimos que valía la pena aumentar el costo de suministro de oro, porque era también invertir en la estrategia de marketing. Ahora vendemos oro Fairmined y reciclado RJC. Ya no compramos oro convencional, porque desconocemos su origen.
¿Cuál sería el balance luego de convertirse en una marca licenciada Fairmined?
Pienso que el balance y la experiencia han sido positivos. Aunque se han reducido los márgenes, casi no hemos cambiado el precio, ya que este costo lo consideramos como un presupuesto de marketing. Ahora empezamos a recoger más frutos.
¿Cómo les ha ido con las ventas de oro Fairmined?
En 2019, el porcentaje de oro Fairmined comprado por Majoral para su producción fue del 75% frente al 25% RJC reciclado. Compramos por colecciones: oro reciclado u oro Fairmined. El criterio de selección varía mucho. Por ejemplo, en la colección Posidonia, que es Fairmined, se pensó que era una colección perfecta para introducir conceptualmente un metal que garantiza su origen. También la colección de anillos de boda que se llama Símbolo Ético, entre otras.
¿Cuál es el valor que destacaría al comprar oro Fairmined para Majoral y sus clientes?
Contactar a la mina tiene mucho valor, conocerlos, para poder comprar directamente. Los consumidores también dan mucho valor a esto.
“Para una empresa es difícil tomar esta decisión, si a nosotros nos costó, imagínate a quién que no está tan interesado. Sin embargo, la experiencia nos dice que comprar Fairmined es una buena estrategia.”
¿Y por qué cree qué les va tan bien? ¿Cómo son sus clientes?
Nos ha ido muy bien, con un aumento de ventas de un 11% en 2019. Tenemos un público que es fiel. No tenemos clientes, tenemos fans, nos compran personas que nos quieren, nos conocen de hace años, nos valoran mucho y saben que lo hacemos mejor cada día. Ahora por internet han ido aumentando las ventas, pero por este canal ya no te conocen tanto y entonces tienes que dar una imagen estudiada, sin engañar, de lo que realmente eres. Tener una buena comunicación online sobre los metales y el origen para que el cliente te entienda y conozca.
Además, en Barcelona se juntaron varias marcas de joyería para crear un colectivo que promueve la joyería ética. Cuéntenos un poco.
Sí, formamos parte del colectivo de joyeros “Origen,el colectivo por una joyería responsable”. Nos hemos unido en Barcelona con el acompañamiento de la ONG Medicus Mundi. Esta experiencia ha sido muy buena, porque nos ayudó a intervenir en el sector. hemos hecho un trabajo muy importante para promover el proceso de cambio hacia un nuevo modelo de joyería responsable, basado en la transparencia y la trazabilidad de los productos. Y es que, aunque el aspecto de los metales y las piedras preciosas sea exactamente el mismo, cuentan historias muy diferentes.
“Una joya ética es tan valiosa para quien la luce como para todas aquellas personas involucradas en su ciclo; es un motor de transformación social y medioambiental.”